"La verdad es que Hef amaba la vida y su actitud no cambió ni un ápice en los últimos tiempos. Seguía siendo un tipo muy sociable y jamás se apartó de su rutina de siempre. Tenía un humor y una mente afiladas como un cuchillo, y no dejó de tomar decisiones ejecutivas hasta el final", ha revelado una fuente a la revista People.
Incluso en aquellos momentos en que su debilidad física le impedía recibir a sus invitados como le hubiera gustado, Hugh Hefner hacía todo lo posible por agradarles y brindarles inolvidables experiencias en las fiestas que seguían celebrándose en su famosa residencia.
"Evidentemente no podía estar en todas las fiestas que se hacían en su casa, pero le encantaba la idea de que estuviera siempre llena de gente pasándoselo bien, y que fueran tantas las personas que querían visitarle. Nunca dejó de ser el Hef de siempre", ha explicado el mismo informante, para confesar a continuación que, precisamente debido a esa actitud, su familia todavía no ha asimilado la pérdida del inigualable Hugh Hefner.
"Muchos todavía están en estado de shock. Nadie se esperaba que fuera a pasar esta misma semana, y nada indicaba que Hef estuviera peor que antes", ha sentenciado.
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